miércoles, 3 de enero de 2018

6 FORMAS DE CERRAR CICLOS

6 FORMAS DE CERRAR CICLOS

 La realidad es que los ciclos no se cierran de manera absoluta, pues nos encontramos en un constante “ciclo de ciclos” interconectados entre sí. Gracias a esta relación entre ellos es que justo cuando uno termina, el otro inicia y gradualmente el siguiente, explicación que da la psicóloga y psicoanalista mexicana Fabiola Cuevas.

Un ciclo es el compilado de momentos vividos, impregnados de sentimientos, agradables o no, a los cuales nos apegamos.

¿Por qué no podemos cerrar ciclos? El problema es que nuestra mente se queda atrapada en momentos pasados que conforman ciclos a los que ya no deberíamos pertenecer frenando nuestro propio avance y truncando el presente. A todo esto se le llama apego, que es el vínculo afectivo que nos ata a cosas o personas, en muchas ocasiones sin sentido alguno.

¿Cuándo logramos cerrar un ciclo? No se trata de olvidar, sino de descubrir la evolución dentro de uno mismo para poder seguir avanzando a pesar de la pérdida sufrida. Cuando esto ocurre comenzamos a recordar con cariño, pero no con necesidad, podemos agradecer por lo que fue y no sufrir por lo que ya no es, logramos asimilar la pérdida como una experiencia para crecer y aprender, no como una caída que nos volvió más débiles.

 ¿Cuándo confundimos cerrar un ciclo con evadirlo? Al comenzar a pensar en la persona o situación perdida como algo ajeno a nosotros, algo que ya no es parte de este mundo o que ya no existirá nunca más, se trata de una evasión, a través de la cual no podremos avanzar ni ser, sólo nos hará creer que al pensar que aquello murió y que hoy somos nuevas personas sin necesidad de llorar o reflexionar, estaremos bien otra vez, cuando no es así.

Para la psicología, aunque se trate de un estudio científico del comportamiento humano, también es importante el efecto que otro tipo de influencias tienen sobre la mente, por ejemplo, los rituales, técnicas, procedimientos o creencias sobre los ciclos y su cierre. Es por eso que en ocasiones, una serie de pasos que implican recordar y sufrir, ayudan mucho a perdonar, desapegarse y sanar; la mente es muy poderosa y si uno piensa en sanación, obtendrá sanación.

 1. Recuerda

Por más cruel que parezca, hay que recordar todo lo que vivimos en ese momento que ahora duele, es imposible que todos los recuerdos sean negativos, así que hay que aprender de lo sucedido, aceptar lo vivido y no pretender olvidarlo. Si sólo nos enfocamos en olvidar, la ansiedad nos carcomerá, trayendo de vuelta dolor y sufrimiento.

 2. Perdónate

Nos autojuzgamos y castigamos todo el tiempo, y de manera injusta, nos arrepentimos de lo que jamás imaginamos. Curiosamente, deberíamos enfocarnos en ser empáticos con nosotros mismos, en procurarnos como algún día cuidamos de la pareja, en entendernos como entendimos a todos aquellos que también cometieron errores y sobre todo, en reconocer los aciertos que tuvimos. Sólo así lograremos cerrar la puerta a la que ya no entrará nadie más.

3. Perdona

Suena bastante fácil, pero lograrlo requiere de una disculpa que a veces nunca llega, por lo tanto, aprender a no guardar rencores se vuelve un trabajo meramente personal y por otra parte, tenemos que entender que el otro, muy probablemente, aún nos tiene un resentimiento importante.

Sin embargo, es responsabilidad total de la otra persona continuar o dejar de sentir ese rencor que poco a poco a todos nos enferma. Hay que intentar comprender que los demás a veces no poseen todos los recursos para evitar lastimarnos, defraudarnos o decepcionarnos, intentemos comprender que se trató de un mal momento, un mal lugar o una mala decisión del pasado que no podemos permitir que se repita en nuestro futuro. Perdonar también nos lleva a aprender de lo sufrido.

 4. Ríndete

Es imposible que encuentres una explicación o respuesta a todas las preguntas que te lleguen a la cabeza. El ser humano intenta racionalizar todo a su paso, llevándolo a suponer y por lo tanto a sufrir, así que intentar contestarnos todos los signos de interrogación que surjan de una pérdida o abandono no disminuirá en ninguna medida lo que sentimos.

Simplemente, a veces no todo resulta justo o lógico y tenemos que aprender a vivir con eso, aferrarse a querer entender exactamente lo que sucedió y la razón de que sucediera, solamente nos desgastará incontrolablemente, llevándose todas la fuerzas que nos quedan para lograr cerrar el ciclo en verdad. No te agobies por lo que no sabes, déjalo ir.

 5. Acepta

Existen cosas que quedan fuera de nuestro control, no intentes cambiarlas porque llegará a ti una inmensa frustración. El mejor camino para lograr aceptar lo que ya nos pasó, es dejar de pensar en posibilidades distintas. Deja de darle vueltas al “¿Y si yo hubiera…? ¿Qué habría pasado si…? ¿Sería posible que…?”. El tiempo no regresa, lo hecho, hecho está.

 6. Despréndete

Para lograr despegarte por completo del sentimiento negativo, necesitas vivirlo, es decir, necesitas abordar un duelo. Hay una lista muy clara y sencilla donde indica los pasos que todo duelo conllevan, este proceso requiere de tiempo y es necesario permitirnos tener paciencia para vivir todas sus etapas:

-Negación, ira, negociación, depresión, aceptación. Sin ningún orden en específico, todas estas etapas aparecerán mientras vivamos nuestro duelo, son completamente normales y de ellas resurge una fortaleza impresionante.

 Como lo explica la psicóloga, es muy común sentir que al terminar con nuestro ex, alejarnos de un ser querido, pelearnos con un amigo, dejar ir a nuestra mascota o sufrir cualquier pérdida que implique sentimientos, también se pierde nuestra alegría, ilusión, cariño, confianza y satisfacción en la vida. Nos apegamos a lo que perdimos y creemos que eso es la única fuente de nuestra alegría, que gracias a ella sentíamos ciertas cosas y que por lo mismo, nada más con ella podríamos sentirlo.

Sin embargo, esos sentimientos se generaron dentro de ti, desde ahí brotaron, no llegaron del exterior. Tú eres el que decide dejarlos salir y quien se pone ciertos requisitos para dejarte hacerlo. Lo doloroso o increíble de tu próximo ciclo dependerá de qué tan abierto estés a que nuevas puertas se abran y por lo tanto, nuevas oportunidades entren en ellas.

Por Olympia Villagrán

sábado, 9 de diciembre de 2017

7 Rituales Para La Cena De Navidad

Reflexión: Humildad

Reflexión: Humildad



La humildad es la actitud de la persona que no presume de sus logros y reconoce sus fracasos y debilidades.
La humildad es uno de los estados más equilibrados del ser humano, porque puede reconocer lo que logra sin indiferencia y sin esperar la aprobación ajena para poder tener un objetivo planteado. No se desespera por los resultados de sus objetivos.

Cuando se hace fiel observador de que los fracasos y debilidades ante algunas situaciones son planteados y re formulados para mejorarla humildad es entonces la que nos ubica en el equilibrio justo para saber que no somos perfectos, y que por defecto nos equivocamos sin tomar revancha, sólo observando que la mejoría para discernir y sentir estar latente ante cualquier situación.
La humildad al reconocer logros y debilidades trabaja como un neutralizador de nuestros sentimientos. Es como el Universo y sus energías neutrales.
Por ejemplo puedes ver que tienes muchos logros y a su vez puedes ver que ciertos problemas son debilidades no superadas, observando la mejoría para ubicarlas de una forma plena y coherente en tu ser.
El utilizar la humildad en procesos de transformación hace que puedas salir del lugar de ser alguien para otros y plantearte en el infinito ser qué es bueno y qué es malo, generando un equilibrio. A veces aplicando humildad, se genera el Dharma. Porque la humildad no tiene extremos ya que reconoce las aptitudes de cada extremo.

Cuando se busca la plenitud de generar buenos sentimientos, se precipita la humildad
Si aplicas siempre humildad en todos tus actos, sabrás que eres un conjunto de infinitas posibilidades para que tu inconsciente surja de una manera consciente y acorde a la situación.
Utiliza siempre la humildad en todos tus actos y verás que tus actitudes no fueron en vano.
Transcribo un cuento japonés donde se explica la humildad de una forma práctica:

"La Taza de Té": Un cuento sobre la humildad
Un profesor de una prestigiosa universidad, muy respetado y temido por sus alumnos debido a su gran dominio de los más diversos temas y su carácter autoritario, viajó una vez a Japón a entrevistarse con un famoso sabio que vivía retirado en una modesta casa de campo, dedicado al estudio y la escritura.
El profesor en cuestión, estaba acostumbrado a tener la última palabra en todo y desechaba frecuentemente las opiniones de los demás, a quienes intimidaba con su inmensa erudición, su petulancia y su arrogancia.
En cuanto llego a la casa del sabio, el profesor empezó a hablar del tema que iba a ser tratado en la visita. Hablaba sin parar, citando frases de famosos personajes a cada momento, refiriéndose a los innumerables libros que había leído y a las muchas conferencias que había dictado acerca de ese y otros tantos temas.
El sabio aprovecho una pausa en el monólogo del profesor para preguntarle si le apetecía una taza de té este le dijo que si y continuo su habladuría.
Mientras el profesor hablaba, el sabio se dedicó a llenarle su taza.
Comenzó echando el té poco a poco, primero hasta la mitad y luego hasta el borde de la taza, pero al llegar allí no se detuvo, sino que siguió echando té y más té, con toda la naturalidad del mundo, hasta que el liquido desbordo también el plato, y comenzó a manchar el mantel, todo esto lo hacía sonriendo y escuchando al profesor, como si no pasara nada. El profesor no se dio cuenta al principio, pues estaba demasiado entretenido escuchándose hablar a si mismo, pero en cuanto se percató, después de un buen rato, quedó estupefacto.
-LA TAZA ESTA LLENA!!!..YA NO LE CABE MAS!!- gritó
-Lo mismo te pasa a ti- le dijo el sabio, con tranquilidad.
-Tú también estás lleno de toda tu erudición, de todos los autores que citas, de todos los libros que has leído, de tus propias opiniones y tus ideas acerca de todo... Como vas a poder escucharme o aprender algo de lo que yo puedo enseñarte, si antes no vacías la taza?... Impresionado por esta lección que le acababa de dar este hombre, el profesor se propuso tener en cuenta, a partir de ese momento, la sabiduría de sus contemporáneos."
¿Qué esperas para aplicar tu humildad equilibrada?


Lorena Gintautas

sábado, 21 de octubre de 2017

QUÉ SON LOS MANTRAS

QUÉ SON LOS MANTRAS?
Cuando hablamos de mantras podemos referirnos a sílabas, palabras, oraciones e incluso fonemas (pequeñas unidades lingüísticas asociadas al sonido de una lengua), a los que se les atribuye una condición sagrada o de vinculación con la Divinidad.

La palabra mantra proviene del sánscrito, y la misma se refiere al uso de la mente como instrumento o bien al trabajo de usar la mente. Los mantras pueden tener o no un significado, sin embargo siempre poseerá una interpretación.

Desde tiempos inmemoriales, el Hinduismo y el Budismo utilizan los mantras como ejercicio para disciplinar los pensamientos de los practicantes, en el camino hacia la Sabiduría y la Iluminación, enseñándoles a enfocarse y eliminar el ruido mental.


Entre los mantras más populares tenemos Om Mani Padme Hum (relacionado con la compasión divina), Om (el sonido primigenio del Universo), y Shanti (repetido en forma de cántico para alcanzar la paz interior).  

viernes, 6 de octubre de 2017

RAMAS TERRENALES Y TRONCOS ESCONDIDOS

Rama
Animal
Elemento
Troncos Escondidos
Zi – Rata
Agua Yang
Gui
Chou – Buey
Tierra Yin
Xin – Ji - Gui
Yin – Tigre
Madera Yang
Wu – Jia – Bing
Mao – conejo
Madera Yin
Yi
Chen – Dragón
Tierra Yang
Gui – Wu – Yi
Si – Serpiente
Fuego Yin
Geng – Bing – Wu
Wu – Caballo
Fuego Yang
Ding – Ji
Wei – Cabra
Tierra Yin
Yi – Ji – Ding
Shen – Mono
Metal Yang
Wu – Geng – Ren
You – Gallo
Metal Yin
Xin
Xu – Perro
Tierra Yang
Ding – Wu – Xin
Hai – Cerdo
Agua Yin
Ren - Jia

lunes, 18 de septiembre de 2017

Desprenderse del pasado

Desprenderse del pasado


Este es un ejercicio muy importante que se debe repetir cada siete meses, o cada vez que se considere necesario. Es conveniente desprenderse de todos los utensilios o artefactos que no funcionan o que no se utilizan en la casa.
 No es bueno conservar ropa que no se va usar, libros o revistas que no se van a leer u otros objetos que no cumplan una función útil.
 Se puede vender, donar o regalar aquello que uno no necesita más. Es importante dejar lugar para lo nuevo.
 Tiene que haber cierto espacio vacío en la casa porque, de lo contrario, lo nuevo no puede entrar. Si se acumulan muchas cosas viejas en la casa significa que se vive atado al pasado, a los recuerdos, y eso no permite el cambio.

Se debe conservar solamente aquello que es útil, positivo y necesario.
Hay objetos antiguos que pueden ser muy útiles; no intérpretes que lo viejo es malo porque, definitivamente, no es así. Solamente aquello que ya no te sirve puede llegar a ser malo. Despídete de todo lo que ya no usas con amor. Bendícelo y hazlo circular.
 De acuerdo con lo que llevamos por dentro, atraemos a personas y situaciones. Esto significa que todo lo que nos ocurre, bueno o malo, está reflejando pautas de pensamientos guardadas en nuestra mente.

Las personas buenas, que nos quieren y ayudan, reflejan la parte más favorable de nuestra conciencia, mientras que aquellos que nos generan problemas, nos envidian o nos pelean están reflejando la parte más oscura de nuestra propia conciencia.
Dicho de otra manera, las personas que son más negativas solamente vienen a nuestra vida para “hacernos el favor” de recordarnos que tenemos ciertas pautas mentales que sanar.
 Si una persona tiene una pareja que la maltrata, le miente, la engaña y demás, esa pareja está reflejando lo que la otra persona cree del amor o asocia a la idea del amor.
 La solución en este caso no es cambiar de pareja, sino cambiar de idea. Si el cambio no se produce por dentro, entonces la persona volverá a elegir otra pareja que volverá a maltratarla.
 Esta idea es difícil de asimilar porque es más fácil encontrar al “culpable” fuera de nosotros. Cada uno tiene al perfecto culpable de su propia infelicidad: su pareja, alguno de sus padres, sus hijos, su jefe, sus amigos, sus vecinos; si eso no alcanza, se culpa al presidente, al mal tiempo, a la economía, o a la mala suerte.

Para crecer, primero debes aceptar la responsabilidad de tu propia vida.
 De esta manera, evitarás encontrar un culpable externo a tus propios problemas. Tampoco es necesario que te sientas culpable por lo que te sucede. Sólo tienes que sentirte responsable, saber que algunas pautas de pensamiento erróneas te están llevando a elegir mal. Una vez que cambies tus pensamientos, cambiarás tu vida. A partir de ahora, cada vez que surja algún problema es conveniente que te preguntes a ti mismo: “¿Qué significa esto en mi vida? ¿Por qué o cómo estoy creando esta situación?”. De esta manera, descubrirás la creencia que te ha llevado a vivir tal situación. Para cambiar dicha creencia deberás poner en práctica todo lo aprendido en el principio del mentalismo. Cuando una creencia nueva y positiva se afirme en tu conciencia, aparecerán las personas o las situaciones externas que te lo confirmarán. En síntesis, puedes considerar tu situación actual como un espejo de tu estado interno.

Tienes lo que te corresponde
 Según el principio de correspondencia, cada uno de nosotros tiene lo que le “corresponde”. Cuando veas a alguien que posea una fortuna, tienes que saber que esa fortuna le corresponde, lo entiendas o no. También es cierto lo contrario: cuando veas a alguien que vive en la pobreza, esa pobreza le “corresponde”. Esto no significa que exista una selectividad en la mente de Dios. El no ha seleccionado quien va ser rico y quien va a ser pobre. La selectividad existe solamente en las mentes de los humanos; cada uno ha elegido ser rico o ser pobre.
 La pobreza no es un problema de dinero sino de conciencia. Si tienes problemas de dinero, debes saber que hasta que no cambies tu mentalidad de “pobre” la riqueza no podrá manifestarse en tu vida. Se sugiere que no preste dinero a aquellos que tienen problemas económicos. Si prestas dinero a alguien que tiene una deuda, lo más probable es que solamente lo ayudes a agrandar su deuda original. La solución es ayudarlo a cambiar su pensamiento, enseñarle a pensar en términos de prosperidad y no de carencias. Las deudas se generan por culpas y son una forma de autocastigo. Si quieres salirte de tus propias deudas o ayudar a otro a hacerlo, deberás aprender a perdonar.
 La mayoría de las deudas se generan por querer acceder a cosas que todavía no están ganadas en conciencia. Esto significa que estas apurando el proceso e internamente aun no has aceptado aquello que estas adquiriendo en el plano físico. Las tarjetas de crédito te “ayudan” a endeudarte porque te permiten acceder con rapidez a tu deseo. Cuando el deseo y la conciencia están de acuerdo, puedes acceder a lo que quieres sin endeudarte.
 Recuerda que la mente es como un terreno fértil donde siembras tus “semillas” o deseos. Cuando una planta nace, es muy débil y pequeña; pero si la riegas y la cuidas, entonces crecerá como un árbol y te dará flores y frutos. Es imposible que una planta te dé sus frutos apenas nace. Lo mismo ocurre con tus pensamientos. Si los repites, cuidas, visualizas, y los mantienes en el tiempo, se materializan y te dan sus frutos. Si tu deseo es adquirir una casa con cinco habitaciones y actualmente vives en una casa con una sola habitación, tendrás que “trabajar” esa idea, darle tiempo a que madure en tu conciencia hasta que la sientas posible y verdaderamente tuya. Entonces, aparecerá la posibilidad más cómoda de acceder a ella. Cuando aceleras el proceso porque tu ego te dice que se te pasa el tiempo, contraes deudas.

Además, de acuerdo con este principio, el cuerpo físico nos envía señales muy concretas acerca de si lo que estamos viviendo será bueno o malo para nosotros. Estas señales son muy simples y fáciles de entender. Cuando estas frente a algo que será bueno para ti, el cuerpo te envía una señal de comodidad. Te sientes tranquilo, en armonía, en paz y con entusiasmo.
 Por el contrario, cuando estas frente a algo que te puede perjudicar, la señal es de incomodidad. En este caso el cuerpo se pone tenso, los músculos parecen estar listos para actuar y defenderte de algún peligro, no puedes descansar ni disfrutar. Si te guías por esas señales básicas de tu cuerpo jamás te equivocaras.
 Además de tener un cuerpo físico, cuentas con lo que se llama “cuerpo emocional”. Este cuerpo tiene la habilidad de reconocer en el primer instante en que entras en contacto con alguien si esa persona te hará bien o mal; la mezcla de energías produce una reacción química inmediata, muy clara y acertada. Por eso, siempre debes prestar atención a tus “primeras impresiones”. Desde el primer momento, podrás saber si tu actual pareja, amigo, jefe, vecino, o una persona que frecuentes serán una influencia positiva o negativa para ti.

Esto también es cierto con la energía de ciertos lugares.
 Hay lugares en los cuales te sentirás muy cómodo; hay otros que querrás abandonar inmediatamente después de haber llegado. Hazle siempre caso a la sensación que recibas. Es probable que tu lógica te señale un montón de razones en contra de lo que estas sintiendo; sin embargo, tu ser interno va más allá de la lógica y puede ayudarte a evitar problemas futuros.
 Quizás al leer esto último recuerdes alguna situación en la que sentiste de antemano que cierta persona o lugar no eran adecuados para ti; sin embargo, no le hiciste caso a esa percepción y más tarde sufriste las consecuencias. Si ya has vivido la experiencia, tómala a tu favor y prométete a ti mismo escucharte más.
 

Por Mirna Larios

Las enfermedades no comienzan en el cuerpo, terminan en él, comienzan en las esferas superiores del ser humano.

Las enfermedades no comienzan en el cuerpo, terminan en él, comienzan en las esferas superiores del ser humano.

Si tuviera la oportunidad de charlar con su enfermedad, ¿qué le diría? ¿Si pudiera prevenir el cáncer lo haría? ¿Sabe que muchas de las enfermedades físicas provienen del mal manejo de las emociones? Estudiosos siguen evaluando la teoría de que el cuerpo grita lo que las emociones no logran comprender.


Imagine que usted tiene el poder mental de hacerse un escáner con ayuda de su mente. Usted se realizará una Autoscopia. Acuéstese, cierre los ojos, y visualice sus órganos. Empiece desde la cabeza, y vaya bajando. Deténgase en cada zona y escúchese. Hay quienes realizan esta práctica y logran, tras mucha concentración, detectar cuáles partes del cuerpo se encuentran enfermos.
Y después le hablan a cada órgano. Lo escuchan, no luchan contra la enfermedad, sino que al contrario logran revisar a partir de ella cuáles son las emociones que no han podido evacuar. Imagine que los glóbulos blancos acaban con ese tumor.

Detrás de cada enfermedad
Definitivamente el cuerpo grita. Y grita esas iras, esas tristezas, esa falta de perdón.
Así lo explican los expertos interesados en el tema de las somatizaciones. Incluso, culturas orientales les han dado a cada enfermedad una explicación sobre cuál es la emoción no resuelta.
Y algunos profesionales se han acogido a estas teorías, para evaluar incluso qué se esconde detrás de un cáncer.
Por ejemplo, hay quienes afirman que un cáncer en el hígado es producto de las iras, de la falta de control. Otros afirman que las gripes continuas reflejan esa baja de defensas y lo que segregan son esas emociones que no dejan salir, que retienen, que no sueltan.
Vanguardia Liberal presenta este enfoque de las enfermedades, que no surgen en el cuerpo sino en el alma y que terminan en el cuerpo y no al revés.

El lenguaje del cuerpo

Hígado: Ira, soberbia, intensa, falta de voluntad, incapacidad para expresar.

Bazo: Preocupación, ansiedad y exceso de nerviosismo.

Estómago: Ansias, poca vitalidad, preocupación por las experiencias con la gente.

Páncreas: Sentimiento de culpa crónica

Vesícula: Indeciso, mala digestión.

Intestino delgado: Problemas para ver la parte buena de las personas.

Intestino grueso: Fuerte apego a viejos re-cuerdos dolorosos con incapacidad de dejarlos atrás.

Hipotiroidismo: Mala expresión a la personalidad.

Hipertiroidismo: Aceleración ante la vida, incapacidad de apreciar bien los mejores proyectos y momentos de la vida.

Riñones: temores profundamente arraiga-dos.

Pulmones: Emociones reprimidas, poca energía.

Es bueno entrar a revisar
1 El resfrío “fluye” cuando el cuerpo no llora.

2 El dolor de garganta “cierra” (tapona) cuando no es posible comunicar las aflicciones.

3 El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.

4 La diabetes invade cuando la soledad duele.

5 El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.

6 El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.

7 El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.

8 Las alergias aparecen cuando el sentido de perfeccionismo es intolerante.


Hablan los expertos

* Pedro Pablo Díaz, médico Saludar
La concesión del ser humano no se puede dirigir solo al cuerpo como lo hace la medicina tradicional, que solo quita el dolor, el órgano malo, sino ir a la esfera de las emociones, de los sentimientos. Ahí es donde se anida el 100% de las enfermedades; todas tienen un origen emocional. Ocurre igual con los recién nacidos enfermos, en ese punto debemos entrar a mirar la parte emocional de los padres, el momento de la concepción, el deseo por ese niño.

En los adultos también debemos mirar los miedos al abandono, a quedarse solos, a su relación con los abuelos, a las traiciones, a las infidelidades, a la cantidad de elementos que de no ser manejados en forma adecuada, de no poder hacer sinergia, no poder contar, de no elaborarles un duelo, pueden repercutir y el que paga los platos rotos es el cuerpo.

* José Antonio Ramírez, docente y autor del libro ‘Cómo liberarse del cáncer’
Todas las enfermedades que reposan en el lado derecho del cuerpo humano son conflictos con el sexo masculino, pues ese lado es el que gobierna la parte racional, y el lado izquierdo con el sexo femenino, lado que se gobierna con el hemisferio de la intuición. Por ejemplo, hemos evidenciado que las personas que sufren cáncer de mama derecho han tenido problemas con conflictos relacionados con un hombre y esa falta de perdón.
La caja de resonancia es el cuerpo, las enfermedades no comienzan en el cuerpo, terminan en él, comienzan en las esferas superiores del ser humano. El cáncer es el grito adolorido de un alma oprimida, así dicen algunos autores.
Con el cáncer hay gente que se queda, los que realmente tienen consciencia de la necesidad de transformar radicalmente sus vidas de los aspectos emocionales. De esa historia, de ese pasado. Y se requiere fe para sanarse, no se puede tener uno 98% de fe, se necesita un 100%.
No podemos decir, ¿será que esto funciona? Se trata de creer, no dejar margen a la resistencia, a la desesperanza. Se trata de transformar la mente y empezar por la sanación del alma para tener curación corpórea. Deben sanarse de los episodios del pasado, resentimientos, soberbia, conflicto, por ahí debe empezar la sanación; luego llega la curación. Vemos personas soberbias, impositivas, que siguen pensando en la fuerza bruta, y tienen cáncer, pero así no llegan al camino de la sanación. Y una cosa es la espiritualidad, el amor, la ayuda a la humanidad. Una persona cargada energéticamente de cosas buenas, tiene células buenas, contrario a las personas que tienen células cargadas de energías negativas, no tienen buena salud. Vi morir a mi papá de un cáncer espantoso y dije, esto es mucho más que una enfermedad. No era mirar la patología desde la parte médica, sino la relación de la enfermedad con su pasado escondido. Detrás de cada cáncer existe un episodio doloroso no resuelto, tragado en soledad.


Paola Bernal León. Vanguardia.com

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