El timo
Si somos invadidos por microbios o toxinas,
reacciona inmediatamente produciendo células de defensa. Pero también es muy
sensible a imágenes, colores, luces, olores, sabores, gestos, toques, sonidos,
palabras y pensamientos, por lo que es conocida también como la glándula de la
felicidad.
El amor y el odio lo afectan profundamente. Los
pensamientos negativos tienen más poder sobre él que los virus y bacterias.
Como esa actitud negativa no existe en forma concreta, el timo intenta
reaccionar y se debilita, luchando contra un invasor desconocido y abre
espacios para síntomas de baja inmunidad, como los herpes. En compensación,
pensamientos positivos consiguen activar todos sus poderes, recordando que la
fe remueve montañas.
Test de pensamiento que puede demostrar esa
conexión.
Cierra los dedos pulgar e índice en la posición de
“ok”, apriete con fuerza y pida a alguien para intentar abrirlos o separarlos
en cuanto piensa “estoy feliz”. Después repita pensando “estoy infeliz”.
La mayoría de las personas conserva la fuerza en los
dedos con el pensamiento feliz y se debilita cuando piensa que está infeliz. es
decir cuando dices “estoy feliz” no es posible separa los dedos, mientras si
dices “estoy infeliz pierdes “fuerza” y pueden separar tus dedos con toda
facilidad. (Sustituya los pensamientos por un delicioso helado de chocolate,
una torta rellena con crema, paz, violencia, guerra, muerte para ver qué
sucede…)
Resulta que, si Usted quiere, puede ejercitar el
timo para aumentar su producción de bienestar y felicidad, ganar en fuerza y
salud. Por la mañana, al levantarse, o en la noche antes de acostarse:
a) De pie, las rodillas ligeramente dobladas, (la
distancia entre los pies debe ser la misma de los hombros). Ponga el peso del
cuerpo sobre los dedos y no sobre el talón y mantenga toda la musculatura bien
relajada.
b) Cierre una de sus manos y comience a dar
golpecitos continuados con los nudillos de los dedos en el centro del pecho,
marcando el ritmo así: una fuerte y dos débiles. Siga haciéndolo entre 3 y 5
minutos, respirando tranquilamente, mientras observa la vibración producida en
toda la región toráxica con 20 toques por la mañana y 20 toques por la noche es
suficiente.
El ejercicio estará atrayendo la sangre y la energía
para el timo, haciéndolo crecer en vitalidad y beneficiando también los
pulmones, corazón, bronquios y garganta.
Desde muy antiguo los sabios de Oriente estaban
conscientes de esta relación entre Timo y Salud, por lo tanto diseñaron
numerosos ejercicios para fortalecerlo. Uno de los más efectivos es el
ejercicio de El Sol en el Pecho.
El Sol en el Pecho
Póngase cómodo.
Busque su
lugar tranquilo y aireado.
Masajee
suavemente el centro de su pecho.
Visualice
que allí hay un capullo de una flor que se va abriendo despacio a medida que
recibe su cálido masaje. Esta visualización activa nuestra glándula Timo.
Con el
puño flojo golpee amablemente el centro del pecho. Siga visualizando la flor
que se abre.
Ahora comenzamos el ejercicio propiamente dicho
después de la preparación anterior.
Extienda
sus brazos hacia adelante, palma frente a palma.
Cierre los puños. Esa va a ser la posición de
partida.
Inhale por
la nariz en forma lenta y profunda, al mismo tiempo traiga sus codos bien hacia
atrás, bien pegados al cuerpo. Intente que sus omóplatos se acerquen lo máximo
posible y que el pecho se abra bien.
Retenga el
aire.
Visualice
entonces un sol brillante y poderoso en el centro de su pecho. Sienta su calor
y poder de vida.
Cuando llegue al límite de la retención, exhale por
la boca entreabierta, mientras lleva sus brazos a la posición de partida.
Repita la técnica de 5 a 15 minutos. Si ya tiene problemas en su sistema
inmunológico conviene hacerla varias veces al día, todos los días hasta
alcanzar mejoría evidente.