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martes, 2 de abril de 2013

"El Origen del Miedo" Eckhart Tolle.



"El Origen del Miedo" Eckhart Tolle.
Usted mencionó el miedo como parte de nuestro dolor emocional subyacente básico. ¿Cómo surge el miedo y por qué hay tanto en la vida de las personas? ¿Cierta cantidad de miedo podría ser simplemente autoprotección saludable? Si yo no temiera al fuego, podría poner la mano en él y quemarme.

La razón por la que usted no pone la mano en el fuego no es por miedo, es porque sabe que se quemará. No necesita al miedo para evitar el peligro innecesario, sólo un mínimo de inteligencia y de sentido común. Para estos asuntos prácticos es útil aplicar las lecciones aprendidas en el pasado. Ahora bien, si alguien lo amenazara con fuego o con violencia física, podría experimentar algo parecido al miedo. Se trata de un retirarse instintivo del peligro, pero no es la condición psicológica del miedo de la que estamos hablando aquí. La condición psicológica del miedo está divorciada de cualquier peligro inmediato concreto y verdadero. Se presenta de muchas formas: incomodidad, preocupación, ansiedad, nerviosismo, tensión, temor, fobia, etcétera. Este tipo de miedo psicológico se refiere siempre a algo que podría pasar, no a algo que está ocurriendo ahora. Usted está en el aquí y ahora mientras que su mente está en el futuro. Esto crea una brecha de ansiedad. Y si usted está identificado con su mente y ha perdido el contacto con el poder y la simplicidad del Ahora, esta brecha de ansiedad será su compañera constante. Usted puede siempre hacer frente al momento presente, pero no puede manejar algo que es sólo una proyección de la mente, usted no puede hacerle frente al futuro.

Por otra parte, mientras esté identificado con su mente, el ego gobernará su vida, como he señalado antes. Por su naturaleza fantasmal, y a pesar de los elaborados mecanismos de defensa, el ego es muy vulnerable e inseguro, y se ve a sí mismo constantemente amenazado. Ese, a propósito, es el caso incluso si el ego exteriormente aparece muy seguro de sí mismo. Ahora bien, recuerde que una emoción es la reacción del cuerpo a su mente. ¿Qué mensaje del ego está recibiendo el cuerpo continuamente, el falso ser elaborado por la mente? Peligro, estoy amenazado. ¿Y cuál es la emoción que genera este mensaje continuo? Miedo, por supuesto.

El miedo parece tener muchas causas. Miedo a una pérdida, miedo al fracaso, miedo a ser herido, etcétera, pero en últimas el miedo es el miedo del ego a la muerte, a la aniquilación. Para el ego, la muerte está siempre a la vuelta de la esquina. En este estado de identificación con la mente, el miedo a la muerte afecta todos los aspectos de su vida. Por ejemplo, incluso algo aparentemente tan trivial y "normal" como la necesidad compulsiva de tener razón en una discusión y hacer ver que el otro está equivocado -defendiendo la posición mental con la que usted se ha identificado- se debe al miedo a la muerte. Si usted se identifica con una posición mental, en el caso de estar equivocado, su sentido de sí mismo basado en la mente se siente seriamente amenazado con la aniquilación. Así que usted, como el ego, no puede estar equivocado. Estar equivocado es morir. Se han hecho guerras por esto e innumerables relaciones se han roto.

Una vez que usted ha dejado de identificarse con su mente, que tenga o no tenga razón no influye en su sentido de usted mismo para nada, así que la necesidad forzosamente compulsiva y profundamente inconsciente de tener la razón, que es una forma de violencia, no aparecerá. Usted puede establecer clara y firmemente cómo se siente o qué piensa, pero no habrá agresividad o actitud defensiva en ello.

Su sentido de sí mismo se derivará entonces de un lugar más auténtico y profundo dentro de usted mismo, no de la mente. Preste atención a cualquier tipo de actitud defensiva en usted. ¿Qué está defendiendo? Una identidad ilusoria, una imagen de su mente, una entidad ficticia. Al hacer consciente ese patrón, al ser testigo de él, usted deja de identificarse con él. Bajo la luz de su conciencia, el patrón inconsciente se disolverá rápidamente. Este es el final de todas las disputas y los juegos de poder, que son tan corrosivos para las relaciones. El poder sobre los demás es debilidad disfrazada de fuerza. El verdadero poder está dentro, y está disponible para usted ahora.

Así que cualquiera que esté identificado con su mente y, por tanto, desconectado de su verdadero poder, de su ser más profundo que se arraiga en el Ser, tendrá al miedo como su compañero constante.

El número de personas que han ido más allá de la mente es todavía extremadamente pequeño, así que usted puede asumir que prácticamente todos los que usted conozca o se encuentre viven en un estado de miedo. Lo único que varía es la intensidad del mismo. Fluctúa entre la ansiedad y el terror en un extremo de la escala y una vaga incomodidad y una sensación distante de amenaza en el otro. La mayoría de las personas se hacen conscientes de él sólo cuando adquiere una de sus formas más agudas.

Eckhart Tolle, "El Poder del Ahora".

domingo, 4 de septiembre de 2011

Cambiándome a mí mismo cambio al mundo que me rodea

Cambiándome a mí mismo cambio al mundo que me rodea

Puedes cambiar muchas situaciones desagradables cam­biando algo dentro de ti. El modo en que te trata la gente y las oportunidades que se te presentan están determinadas por tus actitudes, energía y amor. Si no te sientes estimulado en tu trabajo, quizá sea porque no te estimulas tú mismo. Si no te sientes valorado por tu jefe, tus compañeros o tus empleados, quizá sea porque no has aprendido a apreciarte a ti mismo. Cuando hayas aprendido a valorarte y estimularte, encontrarás que los demás también lo hacen. Antes de despedirte de tu trabajo, piensa en lo que no te gusta en él y pregúntate si tu experiencia es un reflejo de tu propia relación contigo mismo. Si no cambias la actitud que ha creado esta situación, la volverás a reproducir vayas donde vayas.

Si deseas recibir algo, empieza dando algo tú primero. Si quieres ser respetado, empieza por respetarte a ti mismo y a los demás. Si quieres mejorar tu trabajo, no preguntes qué puede hacer tu jefe por ti; pregunta "¿Cómo puedo contribuir a mi trabajo?" Lo que tu trabajo te aporta puede cambiar espectacularmente si contribuyes de la mejor manera posible, trabajas con actitud positiva, haces más de lo que se te pide y previenes las necesidades sin que se te exija.

Los que sirven a otras personas y ganan mucho dinero al mismo tiempo son personas que van al trabajo con alegría, aman lo que hacen, están dispuestas a trabajar horas extra y se preocupan por el bienestar de los que sirven. Desarrolla tu disposición a ofrecer lo mejor, estés donde estés, y obtendrás mayor abundancia.

Una mujer que trabajaba en una gran empresa solía disfrutar de su trabajo pero, últimamente, se sentía abrumada por la carga y empezó a sentirse a disgusto. Pensó en dejarlo y confió su descontento a su jefe. Siendo razonable, él le pidió que hiciera una lista de todas sus tareas y que examinara cuáles le gustaban y cuáles no. Valorando el modo de emplear su tiempo, descubrió que se dedicaba más a tareas pequeñas que a las más grandes y significativas, que le gustaban. No queriendo inco­modar a los demás, no había delegado trabajos ni había pedido ayuda. Vio que, aunque estuvo culpando a los demás por cargarle demasiado, tenía que aprender a cuidar de sí misma antes de poder recibir la atención de los demás. Decidió hacer algunos cambios.

Separó las tareas que le gustaban de las que le molesta­ban. Se dio cuenta de que aquello que le desagradaba no empleaba, realmente, sus aptitudes superiores y que podía ser delegado a otra persona, que se sentiría estimulada y contenta por ello. Desprendiéndose de su esfuerzo por abarcarlo todo y concentrándose en la puesta en práctica de sus capacidades, fue muy importante para la empresa y presentó muchas ideas creativas e innovadoras. También empezó a amar a su trabajo. Estimulándose a sí misma, descubrió que su empleo también la estimulaba. Cambiando una parte de sí, transformó su trabajo en una actividad placentera.

Si no te gusta ir a trabajar cada día, si no estás de acuerdo con la filosofía y los objetivos de tu empresa, si no comprometes tu mejor faceta y no disfrutas de lo que tú y tus compañeros hacéis, tu trabajo no contribuye nada en tu vida. Es hora de buscar otro. Sé sincero contigo mismo. ¿Te gusta, básicamente, tu trabajo siendo unos pocos elementos los que te disgustan de él? Si vas a trabajar cada día pensando cuánto odias tu empleo, si no tienes la capacidad de resolver los problemas que en él se plantean, no escuchas tu guía interior que te dice que algo mejor te está esperando. Mucha gente permanece en un trabajo mucho después de haber perdido toda ilusión por él, pensando que no hay nada mejor para ella.

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