miércoles, 24 de octubre de 2018

Mi cuerpo para curarme: enfermedad=oportunidad CODIFICADA


Mi cuerpo para curarme: enfermedad=oportunidad CODIFICADA

 ¿Y si la enfermedad no estuviese aquí para ser curada sino para curarnos? Pero ¿curarnos de qué? Pues, de un conflicto, es decir, de una resistencia al cambio.

El inconsciente biológico nos gobierna, hasta que tomamos consciencia de ello y volvemos a tomar las riendas. Esto y mucho más es de lo que trata el libro de Christian FLECHE “Mi cuerpo para curarme”

El inconsciente biológico

         Imaginemos que, en la selva, hay dos leonas: una tiene un pequeño territorio de caza, la otra tiene uno grande. Ambas están tomadas por su macho dominante. La primera sólo tendrá dos pequeños. La otra, que tiene un gran territorio, tendrá ocho. El inconsciente biológico de cada leona produce el número adaptado de pequeños. Es inútil hacer diez si no hay lo necesario para nutrirlos desde el nacimiento. Pueden incluso volverse estériles si hay pocas presas. Siguiendo con el ejemplo, la leona va a poner al mundo ocho pequeños. Los más rápidos van a coger las mamas más ricas, las que dan más leche, las de arriba. Para sobrevivir, hay que hacer rápido, coger rápido el trozo de alimento. Hay una urgencia inconsciente.

Si los pequeños caen en un agujero, la hembra pondrá en marcha una solución biológica inconsciente. Su inconsciente biológico da a sus mamas la orden de fabricar más leche, para permitir que los pequeños que han sobrevivido puedan restablecerse, para disfrutar de más alimento. Y si por casualidad todos los leoninos mueren en el precipicio, o están matados por un nuevo macho dominante que suprime los hijos de su antecesor, inmediatamente la hembra hace otro conflicto biológico inconsciente que, esta vez, implicará los ovarios: tendrán quistes y esto para que fabriquen más estrógenos de cara a una nueva ovulación, un nuevo instinto de reproducción y al final una permanencia de la especie. La leona buscará al macho, estará tomada y volverá a tener nuevos leoninos, mediante esta superproducción de estrógenos debida a los quistes en los ovarios. Estos quistes no son una enfermedad, son síntomas de curación. Los tumores de las mamas de la leona no son enfermedades, son soluciones de curación. Con esta mirada en el mundo, el síntoma se vuelve una adaptación biológica de supervivencia.
Cómo se genera la enfermedad y sus fases

Cualquier enfermedad, cualquier síntoma, responde a una intención positiva. El hombre es una unidad indisociable. Si se es capaz de entender que no hay una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro humano, si se es capaz de entender que no hay una sola parte del cerebro que sea autónoma, que escape al control del pensamiento consciente o inconsciente, entonces se está preparado para comprender que no existe absolutamente ninguna enfermedad que no sea psicosomática. Todas las enfermedades, sin ninguna duda, tienen una conexión con el mundo del pensamiento y de las emociones (creencia y experimentado).

Todo empieza en un instante, en un segundo. Inmediatamente, la persona entra en un clima de tensión física, de estrés, que es una reacción frente a lo imprevisto. En el instante del golpe, no siempre tiene, inmediatamente disponible, solución concreta y consciente. Si no tengo solución, mi inconsciente inventa una oportunidad suplementaria de supervivencia: a esto se le llama un síntoma. Para transformarse en síntoma, el golpe debe responder a cuatro criterios:

·        Dramático (drama pequeño o drama importante). Es un torbellino que coge al ser, lo pone en estrés.

·        Inesperado. El golpe no es algo que se ve venir. Es una sorpresa desagradable a la cual no se está preparado; o se estaba esperando la situación, pero no el vivirla de este modo.

·        Vivido en el aislamiento. Un silencio emocional envuelve el conflicto. Por una razón u otra, lo experimentado ligado al golpe, está vivido en el aislamiento. Los demás conocen la situación, a veces, pero no conocen nuestro experimentado. Mientras se hable del acontecimiento sin hablar de su experimentado, no hay curación. Hay temperamentos que no expresan sus problemas por educación, porque quieren salir solos del problema, para no molestar a los demás, o porque tienen la creencia de que no se deben sacar los problemas al exterior…

·        Sin solución durable satisfactoria. Incluso si el conflicto es dramático o tiene poca importancia, debe resolverse. Este drama, inesperado, pone lo vivo en un estado de inestabilidad. La naturaleza busca una solución de equilibrio en todo instante. Si por lo tanto no se halla solución consciente y voluntaria, es la biología la que se encarga de hallar una solución, inconsciente e involuntaria.

Si se toma algún tiempo para escuchar, se puede oír una palabra no dicha, un sufrimiento, un traumatismo que se ha encarnado en su cuerpo. Después de un golpe, el cuerpo entra en la primera fase de la enfermedad, la fase de reacción al estrés. El objetivo de esta primera fase es dirigir lo vivo hacía una solución duradera. El papel del estrés es orientar el individuo hacía la búsqueda de dicha solución.

Con la llegada de esta solución, lo vivo pasa inmediatamente en una segunda fase, donde ya no hay conflictos, ya no hay problemas, ya no hay dramas: fase de reconstitución, descanso, reparación durante la cual la persona puede tener síntomas de cansancio o inflamación.

Una tercera fase aparece por fin, la de la resolución definitiva del conflicto, de la vuelta integral a la salud.

¿Por qué desarrollamos unas enfermedades y no otras?

Fue un médico, el Dr. Hamer, quien tuvo esta originalidad de partir de la fisiología para descifrar las enfermedades. Cada sistema está definido por una función general.

-El sistema digestivo: el alimento representa de algún modo el mundo exterior que hay que asimilar.  ¿Acepto o no lo que me viene del mundo exterior?

-El sistema respiratorio es relativo a la libertad, al espacio y a la seguridad: necesito un territorio, un espacio de libertad y de seguridad.

-El sistema renal (riñones, uréteres, vejiga) está vinculado a todo lo que es relativo a los puntos de referencia: la importancia de situarse en el espacio, de marcar su territorio.

-El sistema locomotor, (huesos, músculos, tendones), está implicado por el sentido, el valor, la utilidad de las cosas. La pregunta es: ¿cuál es mi motivación para hacer esto?

-El sistema cardiovascular (corazón, arterias, venas, sangre) se cuida de la transmisión del oxígeno en cada parte del cuerpo, y de la eliminación de los residuos. Es la imagen de la casa, de la propiedad, del territorio por adquirir y luego conservar. La pregunta es: ¿Cómo conservar mi propiedad?

-El sistema sexual (gónadas, útero, cuello del útero, próstata) está naturalmente vinculado con la transmisión de la vida, la perennación de la especie. Se trata de proyecto a muy largo término.

-El sistema sensorial administra la relación con el mundo exterior. Se trata de coger todas las informaciones útiles a mi seguridad.

-El sistema hormonal (endocrinología) puede considerarse como un primer cerebro. Las hormonas circulan en el cuerpo y transmiten información. El cerebro comunica con los órganos bien por las neuronas (información rápida y breve), bien por las hormonas (información más lenta, pero que se mantiene más largo tiempo).

-El sistema inmunitario, encargado de hacer la distinción entre el yo y el no – yo. El no – yo agresivo, exterior, químico, los gérmenes que no se pudieron identificar durante la infancia, en resumen todo lo que no es yo. Después hay que hacer perdurar este saber. Noción de proyectar su yo a largo plazo.

Consejos destinados a mujeres y hombres que padecen una patología importante y que han elegido recobrar la salud.

-Nunca cedas al pavor.

-Estate atento al propio “experimentado emocional” (y a los sueños) a fin de detectar el menor conflicto nuevo, y hablarlo inmediatamente, normalmente.

-No te identifiques más con las personas (a menos que hayas decidido quedarte enfermo y perder toda eficacia).

-No te culpes más (por lo tanto ¡dejar de ser orgulloso!)

-Evita estar solo.

-Pero elige tu entorno: evita a los que tienen miedo, se desvalorizan, desestabilizan, no han entendido los principios de la salud.

-Protege y favorece cualquier contacto confortante para hablar de proyectos o de todo lo que va bien.

-No te sientas juzgado; el otro no habla de ti, sino de él (no seas orgulloso).

-El diagnóstico tiene la importancia que tú les des. Tú es dueño de la curación.

-Sólo cuenta el conflicto.

-Cualquier curación es un nuevo aprendizaje con consecuencias emocionales y jamás puramente

.-Privilegia cualquier reposo

-Come sanamente pero sin complejos ni malestar, cualquiera que sea el tipo de alimentación elegido (nuestra creencia de tener una buena alimentación nos cura más seguramente que lo que se halla en el plato).

-No te extrañes de pequeños o grandes trastornos necesarios para la curación (fiebre, dolores de cabeza, infección, crisis epiléptica, cansancio, hipoglucemia…).

Como siempre te invito a leer el libro íntegro. ¿Y si la enfermedad no estuviese aquí para ser curada sino para curarnos?

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