Lo que puede lograr en su vida con el arte de
agradecer, tome nota
Un 31 de diciembre, Janice Kaplan, productora de
televisión, periodista y escritora, se hace una promesa: vivir en gratitud
durante un año y esperar el lado bueno de todo, pase lo que pase.
Con este simple ejercicio descubre que su estado de
ánimo ni depende tanto de lo que sucede, sino de su actitud y perspectiva al
respecto. Así, mediante entrevistas a diferentes personalidades, estudios y
voces expertas, escribe ‘El diario de la gratitud’, con “ideas simples y
efectivas que pueden incorporarse incluso en las vidas más ocupadas”.
Un artículo publicado en el Journal of Social and
Clinical Psychology, que analizó toda la literatura que se ha escrito respecto
al tema de la gratitud, concluyó que este sentimiento podría ser el elemento
más estrechamente relacionado con la salud mental y la felicidad frente a
cualquiera de los otros rasgos de la personalidad estudiados.
Las investigaciones demuestran que las personas que
anotan cada noche, o incluso varias veces a la semana, tres cosas por las que
se sienten agradecidas, mejoran su bienestar y reducen sus probabilidades de
sufrir depresión.
La gratitud podría ser un antídoto contra muchas
respuestas negativas del cuerpo, evita que el sistema inmune se active
innecesariamente. Sin embargo, liberar hormonas de la gratitud una vez no sirve
de gran cosa, es preciso que se convierta en un estado permanente.
“Celebramos el año nuevo con muchas esperanzas y
expectativas exageradas, lo cual podría ser el motivo por el que muchos de
nosotros nos sentimos tan incómodos. Pero descubrí algo: la vida no mejora solo
por cambiar de calendario”, escribe Kaplan al inicio del libro donde deja lo
siguiente para consideración de cada quien.
Cambiar la perspectiva:
Lo importante no son las circunstancias, sino mi
reacción ante estas. Puedo quedarme esperando de forma pasiva a que ocurran
cosas maravillosas, y, de todos modos, algo irá mal. O puedo aceptar las cosas
tal y como van llegando e intentar apreciarlas un poco más. “Las personas
agradecidas redefinen lo que les sucede, no se centran en aquello que no
tienen, sino que se aseguran de ver lo bueno en lo que tienen”, asegura Robert
Emmons, psicólogo de la Universidad de California.
Estar atentos:
Hace poco pasé un día con la actriz Michelle
Pfeiffer, conocida por su espectacular belleza aún a sus cincuenta y tantos.
Miramos una fotografía suya en la película ‘Scarface’, protagonizada junto con
Al Pacino cuando tenía veinticinco años.
—¿Por entonces tenía los pechos muy finos verdad?—
comentó ella con una sonrisa irónica. No obstante, no había en ella envidia de
su yo de juventud. Recordó que se sintió aterrorizada e insegura durante todo
el rodaje, y que se alegraba de ser una mujer mucho más segura. Cada etapa de
la vida aporta diferentes motivos para sentir gratitud. El regalo consiste en
captar lo que se tiene cuando se tiene.
Restar importancia a lo negativo:
Numerosos investigadores han contribuido a la teoría
de que lo negativo es más potente que lo positivo. Las redes sociales dejan
latente el poder de un solo comentario negativo. Según las estadísticas hacen
falta cuatro comentarios positivos para contrarrestar uno negativo. Sin
embargo, la proporción real depende de cada individuo y de la solidez que les
dé a los comentarios.
Dar ejemplo:
Los padres felices y optimistas parecen trasmitir
esos rasgos a sus hijos, que adoptan rasgos similares cuando se convierten, a
su vez, en padres. Tanto si se aprende, o se hereda, la gratitud es un rasgo
familiar. Valorar a los hijos tal como son debería ser algo natural, sin
embargo, es sorprendente la cantidad de padres que no lo hacen bien. Los hijos,
tengan la edad que tengan, desean la aprobación de sus padres, y hacerles saber
que cuentan con ella es un gran regalo.
Entender las conexiones:
El presidente de la Universidad Yale, Peter Salovey, señaló en una ceremonia
de graduación que “la necesidad de expresar gratitud nos recuerda que no
tenemos todo el control, que estamos en deuda o dependemos de alguien, que
nuestro destino no está completamente en nuestras manos y que, en definitiva en ocasiones somos
vulnerables. La verdadera felicidad podría no ser posible sin la capacidad de
rechazar el mito de la total independencia. La buena vida podría estar fuera de
nuestro alcance a menos que seamos capaces de aceptar de buen grado la ayuda de
los demás y expresar nuestra gratitud por eso, sirve”.
Ser recíprocos:
Los biólogos evolucionistas han estudiado la
reciprocidad, que es lo que ocurre cuando tú haces algo bueno por mí y yo hago
lo mismo por ti. Así nos convertimos en especies cooperadoras. La reciprocidad
es la forma más sencilla de gratitud. Un niño agradecido hace algo por otro
niño, que, a su vez, hace algo por el otro... y finalmente (al menos en teoría)
el buen acto vuelve al primero. Al parecer, la llamada “conducta prosocial” es
contagiosa.
Tome la decisión:
No se puede parar el tiempo. Los momentos pasan
rápido al igual que los años. Lo que más lamentan muchas personas al volver
atrás es pensar en todo el tiempo que perdieron siendo infelices o estando
enfadados.
En la relación:
Se honra el presente
Muchos matrimonios duran mucho tiempo a pesar de
tratarse de una relación tóxica. El investigador Bob Emmons explicó que algunas
personas evitan agradecer a su pareja porque no quieren sentirse en deuda. En
un matrimonio no funcionan las actitudes calculadoras en lo que respecta a las
emociones.
“No puedo hacer nada al respecto sobre las vidas que
no elegí y que jamás tendré. Pero sí puedo tomar decisiones que den peso,
significado y satisfacción a la vida que tengo”. aconseja Janice Kaplan sobre
la actitud que se debe tomar en una relación, y dejar de comparar el presente
con lo que jamás será.
Sentir gratitud en medio de una situación de presión
puede ayudar a tranquilizarse, a adoptar algo de perspectiva. Para muchos la
actitud positiva es algo natural, pero otros requieren de esfuerzo, pero no es
un imposible.
Claves: cuidado con la actitud
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Las personas que se quejan por el clima saben que no sirve de nada;
simplemente se consuelan desahogándose en voz alta. Ese enfoque cuenta con
muchos seguidores, pero lo que se dice afecta en cómo se siente. Si se anuncia
con mucha frecuencia que las cosas no van bien, empezará a creerse.
·
En Turquía existe un muro que en el siglo III dijo el filósofo Diógenes:
“Aquel que no está satisfecho con poco, no está satisfecho con nada”. Sin
embargo, la gratitud podría ser la salsa secreta de la felicidad solo si deja
espacio para la ambición y la determinación. La gratitud no está reñida con la
solución de problemas. Por lo tanto, si algo no está bien, debe ser cambiado,
transformado para bien.
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“Seamos agradecidos con las personas que nos hacen felices, ellas son
las encantadoras jardineras que hacen florecer nuestras almas”, Marcel Proust.